Fragmento de la semana
Para ser del
todo sincera, la idea de morir no me parecía tan desagradable en ese instante.
Al fin y al cabo, no sería la primera que moría de amor; en ese sentido estaba
en buena compañía: la Sirenita, Julieta, Pocahontas, la Dama de las Camelias,
Madame Butterfly, y ahora también yo, Gwendolyn Shepard.
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